Tanto los hechos como la lógica parecen respaldar la opinión de que el ahorro invertido en herramientas de producción económica de propiedad privada equivale a un acto de caridad.
Si trabajar es el precio que pagamos por obtener lo que queremos, entonces el progreso económico significa disminuir este precio gracias al continuo crecimiento de la productividad.
Brad DeLong y Paul Krugman siguen burlándose de la explicación austríaca del ciclo económico, pero su ridículo se basa en su propio modelo deficiente de la estructura de capital de la economía.