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La propia guerra personal a la droga de Elvis

Cuando murió Elvis Presley en 1977 debido al abuso de drogas, era un agente federal oficial con placa de la Oficina de Narcóticos y Drogas Peligrosas, un nombramiento honorario concedido por el presidente Nixon.

Decir que Elvis Presley tenía respeto por la policía sería rebajar enormemente su entusiasmo. En otra vida, le hubiera gustado ser agente de policía y le obsesionaba coleccionar placas y uniformes de policía. Cuando actuaba por todo el país, siempre trataba de conseguir una placa de la policía local, algunas veces usando su estatus de celebridad y otras donando dinero a dichas policías. En algunos casos, ofrecería una donación de 5.000$ a un baile de policía para conseguir una placa. También se sabe que donaba coches caros a los sheriffs locales, incluyendo el sheriff Bill Morris de Memphis, que nombró agradecidamente a Presley después de recibir un Mercedes-Benz de regalo.

Placa de la Policía de Memphis de Elvis

Su generosidad fue ofrecida tan desmesuradamente a los miembros de la policía de Denver que llegó a crear sospechas de manejos y corrupción después de la muerte del Rey. Además de coches de lujo Cadillac y Lincoln, pagó vacaciones de lujo y les regaló joyas caras. Compró su propio uniforme de policía de Denver y fue nombrado capitán honorario de esta. Habría sido agente de policía, confesó Elvis una vez, pero “Dios le bendijo con su voz”.

Elvis con su uniforme de policía de Denver

Elvis se convierte en guerrero contra las drogas

En 1970, el senador de California, George Murphy prometió conseguir a Elvis a una reunión con el director del FBI, J. Edgar Hoover, y el director de la Oficina de Narcóticos y Drogas Peligrosas (BNDD, por sus siglas en inglés), John Ingersoll. En ambos casos, Elvis esperaba que una generosa donación privada bastaría para conseguir una placa federal de cada uno de estos departamentos.

Elvís sí consiguió reunirse con Hoover y, cuando llamó a la BNDD, Ingersoll estaba fuera de la oficina. Habló, sin embargo, con el número dos de la oficina, el subdirector John Finlator. Al subdirector no le impresionaron la fama ni el dinero de Elvis e informó a este que su departamento no podía aceptar donaciones ni entregar placas honorarias. La oferta de Elvis fue rechazada.

Decidido, Elvis escribió una carta manuscrita al presidente Nixon. En esa carta, Elvis expresaba su preocupación por “la cultura de la droga, los elementos hippies, la [Students for a Democratic Society], los Black Panthers, etc.”. Ofreciendo sus servicios como celebridad al presidente, Elvis continuaba diciendo: “Puedo hace y haré más bien si soy un Agente Federal con todas las letras”.

Para ayudar al presidente en su guerra contra los consumidores de drogas, los hippies y los comunistas, Elvis decía: “solo necesito credenciales federales”.

El 21 de diciembre de 1970, el presidente Nixon aceptó reunirse al Rey. Formalmente, según una entrevista concedida por Egil Krogh, el asistente de Nixon que recibió a Elvis, este llegó “con un mono púrpura y una camisa blanca abierta hasta el ombligo y una enorme cadena de oro y gafas de sol de montura gruesa”. La reunión con el presidente empezó de una manera incómoda, con Elvis quejándose ante Nixon acerca de las dificultades de actuar en Las Vegas y expresando su enfado con los Beatles.

Finalmente, Elvis reveló lo que quería: “Sr. Presidente”, dijo, “¿puede conseguirme una placa de la Oficina de Narcóticos y Drogas Peligrosas?”

Eso era lo que preocupaba a Egil Krogh. Sabía que la BNDD ya había negado a Elvis esta petición. Nixon se dirigió a Krogh, llamándole por su sobrenombre: “Bud, ¿podemos conseguirle una placa?”

“Bueno, Sr. Presidente”, respondió Krogh, “si quiere conseguirle una placa, podemos hacerlo”.

Nixon dio la orden de conseguir una placa a Elvis, lo que agradó tanto a este que dio la vuelta a la mesa y dio un enorme abrazo al presidente. Luego hizo que sus guardaespaldas trajeran los regalos que había llevado consigo, que entregó al presidente y sus ayudantes, incluyendo joyas para sus esposas. Antes de irse, Nixon y Elvis posaron en una de las fotografías más famosas nunca tomadas en el Despacho Oval.

Elvis era ahora un guerrero contra la droga con placa y llevó esta consigo el resto de su vida, hasta que murió siete años después por culpa de una sobredosis.

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