Biografías

En aquella época de predominio keynesiano prácticamente indiscutible, la obra de Hutt fue un faro para quienes defendían la verdad de que la economía trata de las elecciones y acciones de los seres humanos reales.

El premio Nobel de economía 2021 ha sido concedido a David Card, de Berkeley, Josh Angrist, del MIT, y Guido Imbens, de Stanford, por su trabajo sobre los «experimentos naturales», un enfoque actualmente de moda para estimar el impacto causal de una variable económica sobre otra.

Hamilton estaba «tan hechizado y pervertido por el ejemplo británico», escribió Jefferson, «como para estar bajo la completa convicción de que la corrupción era esencial para el gobierno de una nación».

¿Podría haber una prueba más lúgubre de la esterilidad de la civilización europea que el hecho de que no pueda propagarse por otros medios que el fuego y la espada?

En lugar de sucumbir al zeitgeist, Rothbard lo movió.

La impresionante capacidad de Williams para hablar de temas de gran alcance con una claridad inusual derivada de su firme compromiso con el «modo de pensar económico».

Bajo Truman, la revolución de FDR se consolidó y avanzó más allá de lo que incluso Franklin Roosevelt se había atrevido a esperar.

Hoy habría sido el noventa y dos cumpleaños de JoAnn Rothbard.

Nock despreciaba el conservadurismo plutocrático, y con razón veía a Herbert Hoover como la encarnación de este punto de vista. Por encima de todo, Albert Jay Nock odiaba el militarismo y la intervención en guerras extranjeras.

Richard Cobden es hoy en día un héroe menospreciado de la paz y la libertad en el comercio, que combatió al poder del Estado a cada paso.