Power & Market

Las recesiones son como dormir: aparentemente inútiles, pero necesarias

La llamada manipulación del mercado por parte de firmas privadas es ilegal según la Ley del Mercado de Valores de 1934, pero para el gobierno es completamente legal. De hecho, la Reserva Federal lo hace cada dos semanas ajustando la oferta monetaria.

Las recesiones siempre reflejan errores económicos previos, pero sirven a un propósito vital. En un «mundo perfecto» todos podrían vivir como reyes, en el que sus nóminas aumentan, mientras que el coste de los bienes y servicios no lo hace. Pero ese tipo de economía de «mundo de fantasía» no es factible. El gobierno pretende crear una economía así, pero sus intentos no hacen sino enmascarar el problema y crear el gigante dormido de la inflación.

La economía se repara y reinventa durante las recesiones. Se sacude las malas empresas y las malas deudas, y hay que eliminar las peores. Los EEUU desembolsó 10 billones de dólares en estímulos fiscales y monetarios combinados en los dos años posteriores al COVID. Eso no detuvo el declive bursátil de 2022. El gasto público masivo sin ir seguido de crecimiento del mercado es una receta para el desastre final.

Las mejores empresas deberían ser tan fuertes que pudieran resistir las recesiones, mientras que las débiles se tambalearían. No es así como funciona el país. Por ejemplo, en 2006, Morgan Stanley, uno de los principales conglomerados de las finanzas americanas, obtuvo unos ingresos de unos 30.000 millones de dólares, pero, de alguna manera, necesitó que el Gobierno le rescatara durante la Gran Recesión, entre otras instituciones financieras. Por supuesto, las pequeñas empresas que gastaron por debajo de sus posibilidades a finales de la década de 2000 no recibieron nada del Gobierno. El sistema de rescate recompensa las decisiones demasiado arriesgadas e imprudentes. Las recesiones que no vayan seguidas de extralimitaciones gubernamentales harán que las empresas tomen decisiones financieramente sensatas. Sin duda, los bancos de Wall Street pueden ganar cantidades excesivas de dinero, ya que el libre mercado se lo permite y gracias a un liderazgo inteligente, pero no debería ser gracias a un sistema de «seguro» gubernamental.

Harry Dent, experto financiero y licenciado en Administración de Empresas por Harvard:

Si crees que las recesiones son malas, es que no sabes nada de nada. No entiendes lo más fundamental de la economía. Es como decir que nunca deberíamos ir a dormir porque podríamos trabajar esas ocho horas extra. Eso demuestra que no entiendes el cuerpo humano.

 

Si el cuerpo humano se salta una noche de sueño, será muy improductivo al día siguiente, por lo que las ocho horas a las que renuncia durmiendo bien valen la productividad del día siguiente. La economía americana lleva 15 años sin «dormir», y al final llegará el colapso.

El problema de las burbujas de mercado es dejar que suban hasta los extremos. Una vez que llegan a esos extremos, deben encontrar su valor justo en algún momento, y nunca hay un aterrizaje suave. Los precios de la vivienda han aumentado rápidamente desde el desgaste del COVID-19, y lo mejor que podría ocurrir en el sector de la vivienda sería que los precios volvieran a su valor justo. La vivienda debería subir por el coste de construir una casa y la demanda de suelo, no por la especulación.

Es justo decir que la Fed había sobreestimulado, y debido a ello, se vieron obligados a apretar porque la inflación les dio un puñetazo en la cara. Si Harry Dent tiene razón, la próxima recesión será como una bomba de relojería. Nadie sabe cuándo ocurrirá, pero sí que el resultado será muy, muy, destructivo. Esta contracción económica se volverá en contra de las empresas que hicieron malas inversiones durante la juerga de gastos de 2021-22.

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